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viernes, 21 de mayo de 2010

El mayor plan de ajuste de la democracia

El plan de ajuste recorta el crecimiento medio punto

El Gobierno evita concretar la subida de impuestos a los que más tienen y rebaja al 1,3% las previsiones de aumento del PIB para 2011


En política hay momentos que constituyen una revelación: en apenas 120 segundos, el presidente Zapatero anunció hace unos días el plan de ajuste más drástico , más duro de la democracia, que afectará a los sueldos de los funcionarios , a las pensiones y a la inversión pública, entre otras dolorosas medidas que dejarán cicatriz durante años. Se trata de calmar a los mercados, con ganas de hacer sangre por el rápido contagio de la crisis fiscal europea. Un largo Consejo de Ministros sirvió ayer para dar mayor concreción a las medidas esbozadas por Zapatero, y de rebote para poner negro sobre blanco los primeros efectos colaterales de ese plan para recortar el déficit: el ajuste retrasará aún más la recuperación, según reconoció ayer el Gobierno. El crecimiento en 2011 será del 1,3%, frente al 1,8% anteriormente previsto. El Ejecutivo había señalado el año próximo como el de la creación de empleo después de una larga y dolorosa crisis, en la que el paro ha escalado hasta el 20%. Ese magro 1,3% deja en el alero ese objetivo.

Fernández de la Vega: "Son medidas necesarias e imprescindibles"

El recorte salarial permitirá ahorrar 4.500 millones de euros en dos años

La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega apeló al "interés general" para justificar el ajuste , pero el Ejecutivo sigue sin explicar con claridad las razones últimas de ese giro radical en su política económica, motivado por las presiones de los mercados y de los grandes países de la eurozona, y que al cabo supone despertar del ensueño, del espejismo que dejó un largo viaje de 15 años de bonanza sustentados en montañas de deuda -pública, pero sobre todo privada-, en una burbuja inmobiliaria, en una época dorada que toca a su fin.

Al menos, los mercados recogieron el guante: el Tesoro colocó ayer deuda pública sin problemas , en una operación exitosa que disipa muchas dudas, al menos en el horizonte más cercano. Pero nada es gratis. El ajuste dejará cicatriz en forma de un largo estancamiento. Habrá menos déficit, pero también menor crecimiento: el Ejecutivo modificó ayer sus previsiones, que dejan ese recorte de las perspectivas para 2011 . Para 2010 el Gobierno mantiene el pronóstico intacto, con una caída del 0,3% que deja a la economía española en el furgón de cola en lo relativo a la salida de la crisis.

En definitiva, el ajuste retrasa la recuperación, lo que hace todavía más difícil abordar los dos grandes problemas -además del déficit- que lastran la economía española: una demanda privada anémica que augura una muy lenta salida del túnel, y unos datos de paro sin comparación en la eurozona ni en los grandes países industrializados. El recorte en las perspectivas confirma que será difícil restañar esos dos agujeros: cuatro millones largos de parados, ocho millones de pensionistas y más de dos millones y medio de funcionarios van a consumir menos, en lo que los economistas denominan efecto precaución. Y la caída de salarios en la función pública tiene visos de trasladarse al sector privado, según los expertos: menos consumo aún, más precaución.

La gran, la tremenda verdad es ésta: la crisis deja a España un 10% más pobre de lo que era, y va a haber que hacer varios agujeros en el cinturón para cuadrar un ajuste de esa proporción. Eso obliga al Gobierno a acometer "medidas necesarias, imprescindibles", explicó De la Vega para justificar el plan de recorte del déficit: 15.000 millones adicionales entre 2010 y 2011, de los que un 40% (más de 6.000 millones) recae en pensionistas y funcionarios.

El Gobierno evitó dar un paso más con la prescripción de una subida de impuestos para los que más tienen. Ese incremento queda, por ahora, para más adelante. Durante toda la jornada se especuló con un nuevo gravamen para las rentas más altas -a partir de un millón o incluso de dos millones de euros-, pero la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, evitó dar más detalles y aseguró que el Gobierno sigue estudiando esa propuesta, dirigida a calmar las críticas que el plan ha despertado en la izquierda y en los sindicatos, pero descartó ponerla en marcha "de forma inminente".

La sensación de descoordinación ha sido continua en la gestión del Ejecutivo en los últimos días -Salgado en Bruselas prometiendo más reformas, por un lado, mientras los ministros más políticos lanzaban un mensaje por entregas de esa subida fiscal en una fecha indeterminada-, y los globos sonda parecen no haber acabado: Salgado aseguró ayer que la subida de impuestos a los ricos será solo "temporal"; es decir, durará lo que dure la crisis fiscal.

"Las medidas de Zapatero contra el déficit no son un capricho", aseguró ayer el ex ministro y ex secretario general de la OTAN, Javier Solana, ahora profesor de la escuela de negocios Esade. Eso sí, "hay que explicarlas a la población", algo que el Ejecutivo sigue sin hacer. Tanto Salgado como De la Vega repitieron en más de media docena de ocasiones que el ajuste es "equitativo" y "progresivo". El hecho es que hasta ahora los colectivos directamente señalados siguen siendo funcionarios y pensionistas. El reparto de los recortes, según los analistas, no es equitativo. Para ello falta esa segunda pata: los impuestos a las rentas altas y tal vez a los bancos.

Fuente: El Pais edición digital. (21/05/2010)


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