Si en el último post hablé sobre la búsqueda de empleo y las redes sociales hoy me ha sorprendido ver en el periódico digital 20 minutos un artículo que aunque no sea del estilo que suelo publicar en este blog merece especial mención cuanto menos por lo curioso del asunto. Vamos con la noticia...
Chelsea Taylor, una joven británica de 16 años, fue despedida de su trabajo en una cafetería de Manchester después de perder un billete de diez libras (unos 11 euros) en un pedido. Pero lo curioso no es el asunto del despido, que es algo que tarde o temprano nos sucede a casi todos en esta vida, lo curioso del asunto surge cuando nos enteramos de la forma en la que fue despedida.
Chelsea entró en su perfil de Facebook y encontró un mensaje público de la encargada del establecimiento, Elaine Sutton, que le comunicaba de manera amistosa la decisión tomada por el dueño del Lancashire Tea Room.
En el texto, lleno de faltas de ortografía, Sutton se disculpaba por "enviar un mensaje como éste" pero señalaba que había intentado sin éxito contactar con ella vía telefónica.
"No está en mis manos", lamentaba la encargada, que le pedía que devolviera el uniforme y señalaba al dueño de la cafetería como responsable del despido, según publica la prensa británica.
Parece ser que no es la primera vez que sucede algo parecido en Reino Unido, hace algo más de un año, Kimberley Swann, que entonces tenía 16 años, fue despedida de su empleo después de un solo día de trabajo, tras publicar en Facebook que su trabajo era "aburrido".
En esta ocasión, su jefe la citó en su despacho y le entregó una carta en la que le comunicaban que prescindían de sus servicios debido a sus comentarios en esta red social.
Eso es algo más lógico, teniendo en cuenta lo irrisorio y ridículo de la situación ya que es una invasión de la intimidad de cada persona, pero al menos tuvieron la decencia de citarla en un despacho y decírselo cara a cara. Lo de comunicar el despido a través de Facebook a parte de una cobardía es una falta de respeto hacia la empleada.
Esta noticia nos deja con algo para pensar, ¿realmente nuestra intimidad y nuestros comentarios fuera de horario de trabajo pueden ser utilizados en nuestro entorno laboral?. ¿Puede cualquier jefe inmiscuirse en la intimidad de sus empleados hasta tal punto de llegar a juzgar sus acciones llevándolas al mundo laboral sin diferenciarlo del personal? Esto nos demuestra que debemos tener mucho cuidado con lo que decimos y a quien se lo decimos aunque supongo que a estas alturas en alguna ocasión habremos pecado de hacer comentarios que luego nos han costado un buen disgusto. Como se suele decir... Vivir es aprender.
Chelsea Taylor, una joven británica de 16 años, fue despedida de su trabajo en una cafetería de Manchester después de perder un billete de diez libras (unos 11 euros) en un pedido. Pero lo curioso no es el asunto del despido, que es algo que tarde o temprano nos sucede a casi todos en esta vida, lo curioso del asunto surge cuando nos enteramos de la forma en la que fue despedida.
Chelsea entró en su perfil de Facebook y encontró un mensaje público de la encargada del establecimiento, Elaine Sutton, que le comunicaba de manera amistosa la decisión tomada por el dueño del Lancashire Tea Room.
En el texto, lleno de faltas de ortografía, Sutton se disculpaba por "enviar un mensaje como éste" pero señalaba que había intentado sin éxito contactar con ella vía telefónica.
"No está en mis manos", lamentaba la encargada, que le pedía que devolviera el uniforme y señalaba al dueño de la cafetería como responsable del despido, según publica la prensa británica.
Parece ser que no es la primera vez que sucede algo parecido en Reino Unido, hace algo más de un año, Kimberley Swann, que entonces tenía 16 años, fue despedida de su empleo después de un solo día de trabajo, tras publicar en Facebook que su trabajo era "aburrido".
En esta ocasión, su jefe la citó en su despacho y le entregó una carta en la que le comunicaban que prescindían de sus servicios debido a sus comentarios en esta red social.
Eso es algo más lógico, teniendo en cuenta lo irrisorio y ridículo de la situación ya que es una invasión de la intimidad de cada persona, pero al menos tuvieron la decencia de citarla en un despacho y decírselo cara a cara. Lo de comunicar el despido a través de Facebook a parte de una cobardía es una falta de respeto hacia la empleada.
Esta noticia nos deja con algo para pensar, ¿realmente nuestra intimidad y nuestros comentarios fuera de horario de trabajo pueden ser utilizados en nuestro entorno laboral?. ¿Puede cualquier jefe inmiscuirse en la intimidad de sus empleados hasta tal punto de llegar a juzgar sus acciones llevándolas al mundo laboral sin diferenciarlo del personal? Esto nos demuestra que debemos tener mucho cuidado con lo que decimos y a quien se lo decimos aunque supongo que a estas alturas en alguna ocasión habremos pecado de hacer comentarios que luego nos han costado un buen disgusto. Como se suele decir... Vivir es aprender.
Fuente: 20minutos.es
Artículo publicado por Sara Sánchez, colaboradora de este blog. Visítame también en El Blog de Sara Sánchez López
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